Una vez que tienes tu plan de acción diseñado para este año, el siguiente reto es mantenerte enfocado/a en tus metas. Si aún no has planificado tu año, antes de seguir leyendo ve al post de la semana pasada: Claves para diseñar un Buen Plan>> Es muy fácil dejarse llevar por los imprevistos del día a día y perder de vista el norte. Si no estás continuamente comprobando el rumbo es muy probable que te desvíes del camino. Por muy bien elaborado que tengas el plan, si no lo sigues, es como si llevaras un mapa y no lo miras. Tu planificación es tu brújula, tu GPS personal. Igual que nos movemos a través del espacio con la ayuda de herramientas de navegación específicas, necesitamos herramientas para navegar por el tiempo, que es al fin y al cabo lo que hacemos en nuestra vida. Nuestra mente tiene la capacidad de ir al futuro y de volver al pasado, y en una u otra situación nuestra actitud es la que decide lo que ocurre en cada caso.
Siempre hay vientos que soplan a nuestro favor, pero hay otros que soplan en contra. Y cuando estos últimos aparecen es necesario que tengas muy claro a dónde vas, de lo contrario corres el riesgo de perderte por el camino. Hay un factor que va a actuar como elemento resistente en tu viaje, y es el miedo. Este miedo vendrá disfrazado de diferentes obstáculos que aparentemente estarán fuera de tu capacidad de influencia. Lo que te hará dudar de si tirar la toalla. Pero en realidad, todos estos miedos no son más que tus propias limitaciones internas. Cada vez que te dejes llevar por el temor a fracasar o que te derrumbes ante la incertidumbre del qué dirán o que te dejes derrotar por el rechazo, estarás desviándote del camino hacia tus sueños.
En realidad, todos los retos que vas a encontrar no son más que pruebas que te van a hacer más fuerte. Así pues, si emprendes el camino hacia tus metas, hazlo con el coraje necesario para superar las dificultades. Así mismo, ten en cuenta estos 7 consejos para mantener el foco en tus metas:
- Conserva el Entusiasmo. Esto solo es posible si tienes claro el para qué haces lo que haces, es decir, si tu motivo es poderoso. Confía en tu causa.
- Visualiza tus Metas. Todo se crea primero en la mente, así pues, imaginar tu destino es el primer paso para crearlo. Cree en ti.
- Ten tu Calendario a la vista con las fechas clave anotadas. Lleva una agenda y renueva el compromiso con tus metas cada día.
- Define y redefine las Prioridades. Di que no a todo aquello que te desvíe de tus objetivos, por muy difícil que te resulte. Mantén tu determinación.
- Divide las grandes metas en metas de desempeño. Te será más fácil subir las escaleras de peldaño en peldaño que pretender subirlas de golpe. Ten paciencia.
- Vigila tus hábitos diarios. Fortalece tu voluntad y tu disciplina para cambiar viejos hábitos por otros que sean más productivos.
- Revisa el avance y reajusta la estrategia según sea necesario. Comprueba lo que está funcionando y lo que no, aprende de ello y sigue avanzando con perseverancia.
Ya sabes cómo mantenerte enfocado, ahora pasa a la acción, recuerda que cada paso que des es decisivo para conseguir tus objetivos.