Quizás estés cometiendo alguno de los errores más comunes a la hora de planificar. La habilidad de planificar correctamente requiere entrenamiento, como cualquier otra habilidad que queramos desarrollar. Igual que tocar un instrumento, realizar un deporte o hablar un idioma. ¿Te imaginas querer comunicarte perfectamente en alemán sin haberte formado y sin haber practicado? Seguramente eres muy consciente de que se necesita mucha práctica y mucha constancia para hablar bien alemán, tocar bien el piano o escalar el Everest.
Para convertirte en un/a buen/a planificador/a también necesitarás perseverar y practicar. Al principio es normal que te equivoques y que cometas alguno, o quizás todos los principales errores que se cometen al planificar. Pero no desesperes. En todo proceso de aprendizaje es necesario fallar. Y esto de planificar no es una ciencia exacta. Se requiere de un tiempo de prueba y error hasta que le cojas el truquillo.
Se paciente contigo mismo/a. Todos no tenemos los mismos tiempos ni de aprendizaje ni de ejecución. Por tanto, no te compares y respeta tu propio proceso. Eso sí, si quieres alcanzar tus sueños más grandes y lograr tus metas más ambiciosas necesitarás una buena planificación, además de diseñar un buen plan de acción y revisarlo continuamente para reajustar los ritmos.
“Tu mejor maestro es tu mayor error.”
El sistema educativo está planificado. Un plan de ahorros o la compra de una vivienda ha de planificarse. Construir un edificio tiene una planificación. ¿Crees que hubieras podido terminar tus estudios o llegar hasta donde estás hoy sin planificación? Cualquier logro significativo que recuerdes seguro que tuvo una planificación, desde sacarte el carné de conducir, hasta correr la maratón de fin de año, pasando por la organización de tu mayor fiesta de cumpleaños.
Seguramente, como yo, has sido educado/a en la cultura de cero tolerancia al error. Educar en un ambiente en el que se castiga el error es, desde mi punto de vista, el principal desmotivador para intentar cualquier nueva actividad. Por eso es que la mayoría de los emprendedores y empresarios no planifican, por miedo a equivocarse en su planificación y por miedo a no cumplir con lo planificado.
“El mayor error es no intentarlo.”
10 Errores Comunes Al Planificar Y Cómo Evitarlos
- No medir bien los tiempos. Generalmente tendemos a pensar que hacer las cosas nos va a llevar menos tiempo del que en realidad luego nos ocupa. Por lo que solemos sobrecargar nuestra agenda de un montón de actividades. Y al final del día la mayoría quedan sin hacer. Esto se puede evitar fácilmente si dedicamos un tiempo a desmenuzar las tareas en sus diferentes subtareas, más pequeñas pero no menos laboriosas. Un apunte, también hay que planificar los tiempos de desplazamientos o esperas.
- No tener en cuenta los imprevistos. A veces en la consecución de una acción surgen imprevistos que no habíamos contemplado y que nos obliga a hacer cambios en los plazos. Esto suele tener un efecto dominó en nuestra agenda. Podemos evitarlo si bloqueamos de forma sistemática franjas de tiempo para posibles imprevistos. Se trata de prever los imprevistos, pues haberlos “haylos”.
- Confiar en los duendes. O lo que es lo mismo, pensar que mirar hacia otro lado hará que las cosas se resuelvan por sí solas. Es cierto que hay cosas que si no las atendemos terminan por quedarse en el olvido y no pasa nada. Sin embargo, hay otras cuestiones que si no le prestamos la suficiente atención terminarán por convertirse en una bola de nieve que arrastre el resto de tareas de nuestra agenda. Esto se evita aprendiendo a distinguir entre lo que es importante y lo que no lo es.
- No priorizar. Tratar todos los objetivos y todas las tareas por igual es quizás el error que más caro te puede salir. Si te pierdes en lo urgente y te olvidas de lo que es importante aunque no sea urgente, tendrás la sensación de no parar de moverte y sin embargo no avanzar. Lo que se puede evitar si planificas las acciones más importantes para ejecutarlas antes de que se conviertan en urgentes.
- Ser demasiado optimista. Pensar que saldrá bien a la primera y no dar lugar al error, a las equivocaciones o a los contratiempos es planificar una utopía. Sobre todo si se trata de una tarea o actividad nueva es importante estar preparados para analizar las causas de la desviación y corregirlas lo antes posible. Y además aprender de la experiencia para así evitarlas nuevamente.
- Reducir los objetivos. Cuando nos damos cuenta de que no llegamos a tiempo con lo que nos habíamos propuesto tendemos a conformarnos y reducir nuestras expectativas. Esto nos lleva a la frustración y a la baja autoestima, lo que nos lleva a su vez a ponernos metas cada vez más pequeñas. Evita este círculo vicioso analizando lo que ha fallado y averigua cómo corregirlo antes de tirar la toalla.
- Ampliar los plazos. Otra forma de conformarse es retrasar los tiempos y dejar lo que queremos para más adelante, cuando todo sea propicio… Detrás de este mecanismo está la falta de tolerancia al fracaso, pero en realidad esto no hace más que alimentar tu frustración. Amplia tu creatividad, tu imaginación y tu mentalidad antes que tener que cambiar la fecha de tu meta.
- No agendar, o lo que es peor, no mirar la agenda. A veces la principal causa de no cumplir con lo planificado, es que ni siquiera te acuerdas de lo que tenías que hacer y alguna otra cosa se ha cruzado por el camino. Hay quien cree que puede llevarlo todo en la cabeza, pero luego van todo el día de cabeza. El ejercicio de anotar en la agenda todas tus tareas, tanto personales como profesionales, no solo las citas o eventos, te ayudará a sentir mayor organización y a disfrutar mejor de tu tiempo libre. Evita los olvidos usando agendas electrónicas y poniéndote avisos.
- No revisar el avance. Para saber si vas a tiempo y si estás cumpliendo con los plazos previstos para alcanzar tus metas, es importantísimo analizar todo lo que has recorrido. No hacerlo es como caminar a ciegas. Si no estás en el punto que debieras estar, reflexiona qué ha pasado y qué debes hacer para corregir las desviaciones antes de que sea demasiado tarde para reaccionar.
- Postergar la acción. Por mucho que planifiques, priorices, agendes o revises, si luego no te pones a la acción y continuamente vas postergando tus tareas no harás más que alimentar las dudas y eliminar la confianza, o aún más grave, perderás la credibilidad. No esperes a que todo esté perfecto para empezar a actuar. Es preferible que te pongas manos a la obra aunque te equivoques, a que te dejes vencer por el miedo a equivocarte, al rechazo o al qué dirán.
“Haz lo que puedas, pero hazlo lo mejor que puedas.”
Ahora que conoces todos estos errores que puedes cometer al planificar, bien sea porque los acabas de leer o porque ya los has cometido y sabes cómo evitarlos, ya no tienes escusas para no planificar. ¿A qué estás esperando? Si no planificas puedes tener serios problemas.
Si quieres mejorar tu habilidad para planificar te sugiero que te plantees recibir coaching empresarial de la mano de un coach profesional, especializado y con experiencia en este área, que te ayude a identificar qué errores estás cometiendo y cómo evitarlos para tener éxito en tu planificación. Si lo deseas, yo puedo ayudarte a diseñar y a cumplir tu propio plan de acción y a administrar mejor tu tiempo para que tengas mejor calidad de vida.
Te invito a que nos cuentes en el espacio para los comentarios debajo de este post, si estás cometiendo alguno de estos errores cuando planificas, o algún otro, y qué vas a hacer para remediarlo o qué te ha funcionado ya.
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