Cada persona tiene dentro de si todo el poder y la capacidad para conseguir lo que se proponga. Venimos a este mundo con los talentos necesarios para realizar nuestros sueños. Ningún ser humano nace sin los dones que requiere para alcanzar aquello que anhela. Sin embargo, la mayoría de las personas tiran la toalla antes de esforzarse lo suficiente por miedo a no ser capaz y a no dar la talla.
En realidad tenemos miedo de nuestro verdadero poder. De ser diferentes y destacar. Tenemos vergüenza de mostrar nuestras auténticas capacidades. Nos asusta manifestar nuestro potencial y creatividad. Creemos que debemos conformarnos con poco y pisar sobre terreno firme. Nos han educado para buscar lo seguro y no para confiar en nuestras posibilidades.
El éxito requiere de entrenamiento para superar dificultades, de perseverancia para persistir y volverlo a intentar, y de disciplina para fortalecerse ante los contratiempos. También necesita paciencia y compromiso, y no cambiar el rumbo cuando el viento se pone en contra. Por eso, para alcanzar tus metas has de ser consciente de que cada reto es una oportunidad para avanzar y que cada desafío es una prueba que te somete a la presión que necesitas para dar lo mejor de ti y así convertirte en la persona que necesitas ser para cumplir tus sueños.
A veces lo que se interpone entre una persona y sus metas es el miedo a todo lo que hay que sacrificar en el camino al éxito: las cañas con amigos, el tiempo para los hobbies, los ratos con la familia, el relativo confort… Eso supondría ir contra corriente y cambiar para dejar de ser quien eres. Es probable que detrás de ello esté el miedo a decir que no y a ser rechazado. En realidad estos miedos te paralizan y te atan a una vida poco satisfactoria.
El éxito tiene un precio y hay que pagarlo. Para alcanzar tus sueños es necesario ponerle prioridad a tus objetivos y durante un tiempo dejar de lado algunas cosas. Si te enfocas en lo que quieres y pones acción consistente y continuada encontrarás beneficios que compensarán las pérdidas. Las recompensas serán proporcionales al esfuerzo que destines a conseguirlas.
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