Tu empresa ha crecido, parece que ya ha pasado lo peor. La idea que un día tuviste ha visto la luz y está deslumbrando al mercado. Ahora necesitas ayuda para pasar al siguiente nivel y dar un salto de profesionalidad. Es el momento de construir un equipo de trabajo eficaz. El concepto de equipo engloba algo más que un grupo de personas trabajando juntas, significa bailar al son de la misma música.
El trabajo en equipo divide el esfuerzo y multiplica los resultados. Aunque para que dicho equipo funcione y sea productivo necesitan darse una serie de requisitos. Pues el equipo puede ser el espacio donde un trabajador o colaborador se sienta realizado y reconocido, o por el contrario se sienta limitado y explotado.
Para que el equipo sea el instrumento del máximo rendimiento colectivo es preciso que se genere un ambiente de colaboración, cooperación y compañerismo. Con esos ingredientes la creatividad del grupo se alimentará de la creatividad individual, produciéndose el fenómeno llamado sinergia. En un equipo de trabajo bien alineado la complementariedad es la clave, pues cada miembro va a aportar sus talentos individuales en pos de una meta colectiva.
Ahora bien, es importante que cada miembro del equipo tenga su área de trabajo bien definida y asuma conscientemente sus responsabilidades. A la vez, cada individuo necesita sentirse reconocido y valorado, pues sin una retroalimentación positiva y constante en todas las direcciones el equipo se fragmentará y perderá su fuerza.
Para evitar que eso ocurra se requiere un fuerte liderazgo, basado en valores consensuados y acordados, donde el bien del equipo esté por encima de los intereses individuales. El líder ha de inspirar al equipo con su visión y contagiarle con su entusiasmo para mantener la motivación permanentemente. De esta forma el equipo avanzará como un todo sincronizado hacia un mismo propósito, capaz de superar cualquier obstáculo.
En resumen, para construir un equipo de trabajo eficaz se requiere:
- Clima de colaboración, cooperación y compañerismo.
- Creación de sinergias.
- Definir áreas de trabajo y responsabilidades individuales.
- Retroalimentación positiva (fedd-back).
- Liderazgo inspirador.
Por tanto, en esta fase del negocio que podría definirse como la etapa de la juventud, el emprendedor o empresario debe desarrollar ciertas habilidades de liderazgo que le permita capitanear su empresa y navegar con éxito, aunque las aguas sean turbulentas y los vientos desfavorables. Un buen líder contagia confianza y esperanza, y renueva su compromiso con el equipo ante las adversidades, pues sabe que solo no puede lograrlo.