En el post anterior hablaba de las 13 habilidades empresariales necesarias para iniciar un negocio propio. Una vez superada la infancia, y esquivadas las estadísticas de mortalidad empresarial, tu negocio entra en la fase de crecimiento empresarial. Has dado en el clavo con el producto o servicio, existe una demanda creciente y no hay competencia. La ilusión de los primeros pasos da pie a la tensión de los riesgos de caídas.
Ahora todo va muy deprisa y las necesidades de la empresa se elevan en proporción a las exigencias del mercado. Tienes que hacer todo en solitario y no das abasto. Te ocupas de la cuentas, de atender a los clientes, de seleccionar a los proveedores, de negociar con los bancos, incluso de la limpieza. Te faltan horas al día, pero tienes energía y adrenalina de sobra. Te sientes como un malabarista.
Sin embargo, crecer puede doler. Sabes que es necesario, pero temes que si dimensionas tu estructura puedes dar pérdidas. Tienes a tu cliente en el bote, pero no puedes dormirte en los laureles porque los competidores pueden aparecer en cualquier momento. Necesitas reinvertir en publicidad para fidelizar y captar nuevos clientes, pues si no alcanzas el punto de equilibrio estás muerto.
En estos momentos necesitas ser multidisciplinar y mantener el control, sobre todo el autocontrol. Es momento de analizar los resultados, de sacar conclusiones, corregir las desviaciones, aprender de los errores y renovar la confianza. Has de ser muy organizado/a y disciplinado/a para no sucumbir ante la avalancha de trabajo.
Aunque no hay que caer en la parálisis por el análisis, ni esperar a que todo esté perfecto para dar el salto al siguiente nivel. La capacidad de mejora es importante, y el aprendizaje continuo tu mejorar aliado. Hay que poner ser exigente y minucioso/a para poner atención a los pequeños detalles. La perfección no existe, pero en su búsqueda encontramos la excelencia.
Pero la habilidad empresarial más importante en esta fase de crecimiento y expansión es la habilidad comercial. Ningún negocio puede sobrevivir sin ventas. Así que, si no tienes dotes de vendedor/a ha llegado el momento de superar el miedo a vender. Aunque lo más importante que vendes en estos momentos es tu reputación, pues quien te compra es porque confía en ti y en tu promesa.
En resumen, un negocio no crece solo, su propietario crece con él, por eso es que sin abandonar las habilidades aprendidas en la primera fase de creación, en esta segunda necesitas adquirir otras nuevas habilidades empresariales como son:
- Ser Multidisciplinar
- Organización y disciplina
- Capacidad de mejora
- Aprendizaje continuo
- Exigente y minucioso
- Dotes comerciales
¿Está tu negocio en fase de crecimiento y expansión? ¿Necesitas desarrollar alguna de estas habilidades? Cuéntanos cuál es la habilidad que mejor se te da. Puedo ayudarte con el resto de habilidades con mi Programa de Entrenamiento específico para emprendedores y empresarios.