Para poder ser feliz con tu empresa has de tener muy claro para qué haces lo que haces, ya que si tienes un gran motivo éste te dará fuerzas para continuar adelante y superar los retos y dificultades. Es fundamental que el propósito de tu empresa esté alineado con tu propósito vital, por tanto, si quieres emprender y aún no has descubierto tu propósito, es lo primero que debes hacer.
La gran mayoría de los emprendedores sueñan con tener una empresa de éxito. En la fase inicial todo es ilusión, te ves a ti mismo/a haciendo lo que te gusta y ganando mucho dinero con ello, teniendo un gran equipo a tu cargo y un montón de clientes satisfechos y fieles. Es más, muchos se imaginan impactando positivamente las vidas de miles de personas con sus servicios o productos. Sin embargo, se encuentran perdidos a la hora de dar los primeros pasos y, a menudo, se sienten paralizados ante los primeros obstáculos.
Lo cierto es que para muchos empresarios, entre los que me incluyo, lo que al principio era un sueño, con el tiempo se convierte en una pesadilla. Y es que emprender no es un camino de rosas, más bien se parece a un campo de minas. Y cuando pisas la primera mina y caes en un socavón corres el riesgo de perder de vista la meta y lo que es peor, de perder la ilusión y sufrir las consecuencias del estrés. Por eso es tan importante para emprender tener bien claro cuál es el motivo último del emprendimiento, más allá de ganar dinero. Pues ¿has oído alguna vez eso de que tu salud o tu familia no tiene precio?
Así pues para poder ser feliz con tu empresa has de tener muy claro por qué haces lo que haces, ya que si tienes un gran motivo éste te dará fuerzas para continuar adelante y superar los retos y dificultades. Es fundamental que el propósito de tu empresa esté alineado con tu propósito vital, por tanto, si quieres emprender y aún no has descubierto tu propósito, es lo primero que debes hacer. Para poder hacer lo que te gusta y vivir de ello debes poner tu talento al servicio de los demás. Así pues, también tendrás que conocer muy bien tus dones y fortalezas, ya que a partir de ellos podrás definir y llevar a cabo la misión de tu negocio.
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