Cuando empiezas tu andadura como emprendedor es muy probable que no veas ninguno de estos dos factores durante mucho tiempo. Pero, si te dieran a elegir, ¿Cuál preferirías?
Muchos estaréis pensando en la pasta, seguro. Verás, en tu negocio ya puedes tener mucho dinero que como no hagas lo que verdaderamente te apasiona y no tengas una ilusión en aquello que vendes/muestras a la gente, te levantarás todas las mañanas con una cara de pasa que no habrá quien te soporte. Estarás amargado.
“Si pero me levantaré cogeré mi Mercedes y me iré de rebajas, o si gano mucha pasta, me voy de vacaciones, y verás que rápido se me pasan las penas y la cara de pasa.”
Buena respuesta, nada reflexionada pero buena, de hecho, es la que defiende la mayoría, y sobre todo, aquellos que no tienen ni un duro. Ahora detente un segundo, y piensa en tu salud, la mayoría de nosotros tenemos la suerte de no padecer una enfermedad crítica y mortal, pero ¿Acaso damos tumbos de alegría porque mañana o la semana que viene no moriremos por esa enfermedad? No, de hecho, lo tenemos tan asumido que ni lo habíamos pensado hasta este momento.
Sin embargo, imaginemos a una persona que desgraciadamente padece esa enfermedad tan grave y su pronóstico de vida es de 7 días, cuando es operada a vida o muerte y consigue salir adelante, en el momento en el que le comunican la buena nueva, es capaz de levantarse de la silla de ruedas y volar más alto que el propio Superman.
Eso es felicidad, pero ¿Qué pasa después? Al cabo de unas semanas o meses, obviamente sigue muy contenta pero ya no irradia esa felicidad inicial, su estado se ha regulado. Pues podría decirse que el dinero causa algunos efectos muy similares.
La películas exageran muchos sentimientos, se inventan otros y minimizan el resto, por eso no me gusta mucho la idea de sacar ejemplos de aquí, pero si hay uno en el que casi nunca fallan es en el del perfil de persona rica, que no sabe qué hacer con su dinero, que se le acaban las ideas y formas de gastarlo, y siempre terminan aborreciendo a los que les rodean y deprimidos, porque creían que la felicidad solo se la daba el color de sus billetes.
“Pero, el dinero sí da la felicidad”
Ayuda mucho, pero no la da. Cuando comienzas con un nuevo proyecto, la última preocupación ha de ser la de convertirte en millonario. Si buscas la vía rápida, más rápido será el tortazo. ¿No será mejor que estés completamente seguro de que aquello en lo que te embarcas te gusta de verdad? Muchos ven una posibilidad de negocio porque han detectado que se trata de una moda que actualmente está generando mucha demanda.
Ellos llegan, invierten todos sus ahorros y se ponen a trabajar. Si no incluyen en su jornada de trabajo dedicación, compromiso e ilusión, no habrá nada que hacer, ya que comenzarán a impacientarse ante la falta de resultados y como no es su pasión, no estarán dispuestos a dedicar esas horas extras de esfuerzo que deberían invertir por reconducir y sacar a flote el negocio, si es que hubiera que sacarlo.
“Entonces, ¿Qué es lo que da la felicidad?”
Tú, tu compromiso para con tus objetivos y los resultados que obtienes de ellos. Verás, la felicidad tiene un término hermano que es el que le da sentido y la completa, se llama éxito. Éste no es la lotería de Navidad, ni la herencia de la tía segunda, ni que te encuentres una bolsa llena de dinero. El éxito parte de tu voluntad por conseguir cumplir tus objetivos, y éstos siempre se han de perseguir paso a paso.
Supongamos que te toca un ascenso, podría decirse que eres feliz, ¿Pero sabes cuánto dura ese estado de felicidad? 6 Semanas aproximadamente, después, tu mente se acostumbra y si careces de objetivos, ambición y no progresas más, esa felicidad plena la irás perdiendo poco a poco hasta volver al estado inicial.
Hablo de ilusión, me encanta esta palabra, pero tiene un valor incalculable. Si alguna vez nos cruzásemos en el camino de una persona llena de ilusión en aquello que hace, nos sería imposible alcanzarla, pone tanto empeño y esfuerzo, que bien merece aquello que consigue.
“Tengo mucho dinero, si monto un negocio no perderé”
Igual sí, igual no, la vida generalmente suele ser impredecible y nada justa, pero te diré una cosa: “Ya puedes tener todo el dinero de este planeta que como no hagas aquello que te gusta, no considerarás los avances como un éxito, por lo que terminarás dejándolo o quebrando a largo plazo.”
¿Quieres saber por qué? Porque una persona ilusionada con su trabajo pasa más horas que un reloj, porque si hace falta puede llegar a ser omnipresente, porque lucha mucho más por sus objetivos y los disfruta mejor, porque sabe reconocer el esfuerzo, porque valora lo que apuesta en el negocio y porque su pasión por el trabajo no le permite dormir si hay algún problema por solucionar.
“Entonces según tú, el dinero no tiene tanto valor”
Claro que lo tiene, y cuanto más dinero tengamos, más fáciles tendremos las cosas y más satisfechos y cómodos estaremos. Sin embargo, la gente se obsesiona con él hasta tal extremo que le resulta imposible conocer qué es lo que buscan, hacia donde deberían ir y cómo lo deberían hacer.
Cuando una persona consigue el éxito, es feliz, sus ganas por seguir hacia adelante cumpliendo más metas le permitirán seguir manteniendo ese estado de felicidad y en la mayoría de los casos, ese éxito generará ingresos importantes, con lo que el dinero, si tanto se busca, termina llegando.
¿Y por qué hay muchos que sí ganan dinero invirtiendo en cosas que no les gustan?
Parece mentira que mi mente haya generado esta pregunta tan obvia. Verás, cuando hablamos de este perfil que invierte su dinero en negocios varios y no tiene ni pajolera idea pero gana mucho dinero, diremos que se trata de gente que no necesita saber porque cuentan con una plantilla bien preparada y pagada que vela por sus intereses las 24 horas del día. Hablamos de otro nivel.
Hay veces en las que si no nos paran los pies, nos creemos que jugamos en Primera, y lo siento queridos amigos, para llegar ahí primero hay que jugar en regional, preferente, tercera, segunda B, y segunda A, meter muchos goles y que se fijen en ti. No todo el mundo lo consigue, pero mientras peleas, disfruta de cada gol y ascenso, pues estos serán tus éxitos, y con ellos, vendrá la felicidad.