Si ya has dado el gran salto y te has convertido en emprendedor/a ¡bienevenido/a a la nueva clase emprendedora! El mundo necesita emprendedores, aunque lo importante ahora es que no mueras en el intento. Seguramente sientes una mezcla entre ilusión y miedo, confianza e incertidumbre. Unos días lo verás todo claro y otros todo se volverá gris tirando a negro. Es normal, lo importante es que no pierdas de vista tu meta y te mantengas en el camino. En otros artículos ya he hablado sobre los miedos del emprendedor, la tolerancia al fracaso o las habilidades del éxito. Por eso ahora quiero ayudarte a ponerte a la acción, para lo que te voy a proponer una serie de pasos a la hora empezar a recorrer el camino hacia el éxito. ¿Te apuntas?
Lo primero quiero darte la enhorabuena por tu valentía y decisión, y por estar leyendo este artículo. Lo que te cuento no es teoría ni suposición, te hablo desde mi propia experiencia como emprendedora desde 1990. Así que toma buena nota, porque seguramente vas a encontrar más de un contenido en este artículo que te ayude, al menos esa es mi intención. Pues bien, antes de nada vamos a planificar el viaje. Si alguna vez has planificado un viaje por placer o por negocios, seguro que esto te va a sonar familiar, y no es muy diferente en los negocios. Y aunque resulta obvio, créeme que no mucha gente se para a analizar esto.
El primer paso es diseñar la hoja de ruta, esto es:
- Elegir el destino, ¿a dónde quieres ir? ¿cuál es tu sueño?
- Definir el recorrido necesario para llegar hasta allí, y eso dependerá en gran medida de cuándo quieras llegar.
- Determinar el tiempo que te va llevar recorrerlo y según eso, los recursos que vas a necesitar durante el viaje.
- Escoger bien tus compañeros/as de viaje, ¿con quieres ir y a quién quieres encontrarte por el camino o al llegar?
El segundo paso es crear el plan de acción, es decir, tener claro lo que tienes que hacer para alcanzar tus objetivos. Una vez que tengas claro el plan de acción, necesitas planificarlo desde el final hasta el principio. Osea, que antes de nada, te sugiero que te visualices a largo plazo y describas tus objetivos generales para dentro de un año. Tras ello es conveniente convertirlos en objetivos trimestrales y luego traducirlos a objetivos mensuales, semanales, e incluso diarios. Para elaborar un buen objetivo éste tiene que ser específico, temporal y medible. Todo ello te va a facilitar mucho el trabajo y va a evitar que te desvíes de tu meta, te ayudará a corregir el rumbo y a saber siempre qué es lo que tienes que hacer en cada momento, incluso en esos días que dudas de todo. Tu plan de acción es tu mejor aliado.
El tercer paso es saber en qué tienes que mejorar para llevar a cabo tu plan de acción, por lo que te recomiendo contar con un programa de entrenamiento para emprendedores, a través del cual podrás potenciar tus talentos y fortalezas, además de mejorar tus puntos débiles. Asegúrate de que quien te entrena sabe lo que hace y tiene los resultados que buscas, ya que se convertirá en tu bastón de apoyo e inspiración. Tu entrenamiento ha de tener un método probado y estar personalizado a tus necesidades para sacarle el máximo partido. Tu coach o mentor te guiará a modo de sherpa hasta la cima.
Gracias por leerme. Me encantaría conocer tu experiencia y tu opinión, deja tu comentario y compártelo en tus redes sociales favoritas.